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Dios se ha despojado incluso de su propio hijo a quien amaba, para poder salvarnos de la perdición. Cuando Jesús permite ser crucificado en la cruz del calvario, pagando por cosas que no había hecho, estaba completamente al tanto de que estaba haciendo ese sacrificio por gente pecaminosa, por asesinos, ladrones, violadores, gente violenta, mentirosos, entre muchas otras cosas e incluso sabiendo todo ésto, decidió soportar un sufrimiento indescriptible hasta su último aliento, con tal de que no tengamos que pasarlo nosotros.
Son muchos los pasajes bíblicos en donde podemos leer a Dios hablando a través de sus siervos y profetas, confesando que su amor era más grande de lo que podemos imaginar, por ende cubre todo tipo de faltas y perdona todo tipo de ofensa, siempre y cuando tengamos arrepentimiento genuino en nuestro corazón. Con ésto entendemos que cualquiera puede acercarse a Dios puesto que su amor está siempre dispuesto a recibirnos, sin importar lo que hayamos hecho, nada puede separarnos del amor de Dios.
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